martes, 8 de diciembre de 2015

JUSTIFICACIÓN HUERTO TERAPÉUTICO APERCADI BENICÀSSIM



ANEXO 2

JUSTIFICACIÓN HUERTO TERAPÉUTICO APERCADI BENICÀSSIM

El proyecto que se presenta constituye una actividad de encuentro de lo humano con su propia naturaleza, entendiendo su propia naturaleza como parte de un mundo natural que nos precedió y del que formamos parte.

Encuentro como comienzo de un proceso de salud. Sabernos parte de una cadena ecológica une lo cultural a lo natural otorgando sentido a nuestra vida.

Nacemos en un mundo que ya tiene vida, nuestro pasado como especie son las plantas y los animales que nos precedieron y crearon las condiciones ecológicas para nuestra llegada a este planeta.

Todo ser vivo tiende a la búsqueda del bienestar y de la propia autorregulación. La naturaleza produce bienestar en los individuos.

Siendo parte de la vida nos descubrimos responsables de nuestro entorno, de nosotros mismos, del reciclado de la basura, de nuestra salud y de la de nuestra comunidad, la alimentación, etc. Diferentes estudios y experiencias avalan el hecho de que la práctica de la horticultura ayuda a adquirir este tipo de actitudes y comportamientos.

El cambio de actitud frente a la naturaleza no es ajeno a uno, a la actitud con uno mismo. Uno mismo es esa naturaleza.

Como herramienta terapéutica actúa promoviendo la movilidad, incorporando rutinas creativas, estimulando la atención y la memoria, facilitando la comunicación y la sociabilidad, trabajando en valores positivos de responsabilidad, autoconciencia y conciencia social y medioambiental. En definitiva, en el camino de la mejora del bienestar y calidad de vida.

El perfil de los usuarios de la Asociación APERCADI BENICÀSSIM hace pensar que pueden beneficiarse de estos resultados, a través de la participación en el taller junto con el soporte y ayuda de personas cualificadas i/o profesionales en el contexto de la planificación general de la Asociación.

En el cierre de esta justificación queremos hacer mención a la conexión empática de los participantes en el taller con el rol de cuidador. Pasan de ser cuidados a cuidadores. Pasan de recibir, a dar cuidados a las plantas que tienen a su cargo.

Lo terapéutico:

La naturaleza del hombre no ha cambiado de una era a la otra. Su conducta sí varía con el tiempo y el espacio.

  1. Relacionarse con la naturaleza sabiendo que es un sistema, comprender que recortamos desde el conocimiento pero intentando desde nuestros sentidos percibir la totalidad de la que somos parte.
  2. Comprender los procesos de nacer, crecer, reproducirse y morir que tiene todo lo vivo. Una vez más compartimos esa cualidad.
  3. Conocer los mecanismos de la dispersión y las necesidades para que se produzca el crecimiento.
  4. Experiencias sensoriales permanentes. Oler, tocar, degustar, oír y descubrir infinitas percepciones que podemos desarrollar.
  5. Vivencia de tiempo único para cada cosa, no hay otro tiempo que el posible, todo se desarrolla, muere y recicla. No hay desperdicio, todo colabora y pertenece a la rueda de la vida.
  6. Éxtasis de diversidad, apreciar y disfrutar la variabilidad que nos ofrece la vida.
  7. Cada cosa tiene sentido ya que cada cosa tiene su lugar en cadenas interminables, nada está afuera, una vida da sentido a la siguiente.
  8. Generosidad extrema y permanente de la naturaleza.
  9. Contacto con lo que nos rodea.
  10. Esperanza de que, en el futuro, no haya más personas con hambre de comida, amor, cuidado, atención, y sentido para sus vidas.

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