La oruga de la col
A
ntes
de ser oruga es una mariposa blanca que este verano seguramente veremos
revolotear sobre nuestras crucíferas, es decir sobre coles, colza, o
rábanos. Para evitar sus daños hay que saber cómo vive y qué la atrae.
Las dos especies habituales, la Pieris brassicae L y la Pieris rapae L,
hacen su puesta de huevos de color naranja en el envés de las hojas y
nada más eclosionar, las pequeñas orugas –que van creciendo conforme
devoran– se alimentan de la parte tierna de las hojas, luego se refugian
en tierra para la fase de ninfa y por último se transforman en mariposa
adulta.
La 1ª generación hace su vuelo de abril a junio y hace la puesta en
crucíferas silvestres; la 2ª, de julio a finales de agosto, es la que
más nos perjudica, porque coincide con nuestros cultivos. Al comer la
parte tierna de las hojas y dejar sólo las nervaduras las coles se
desarrollan mal y se deprecian. La 3ª puesta es de septiembre a octubre.Las coles que crecen en una tierra equilibrada, sin exceso de nitrógeno, son menos atractivas para las orugas, y si evitamos el monocultivo y favorecemos la diversidad de fauna auxiliar tendremos daños menores, controlables incluso a mano. Con flora auxiliar como la mostaza silvestre aseguramos la presencia del Apanteles glomeratus L, un himenóptero pequeño en tamaño pero excepcional en su eficacia, porque parasita y controla la población de larvas de Pieris.
Como preventivos hay quien pone una malla antiinsectos o aplica sobre el cultivo cada semana, durante el período de vuelo, un extracto repelente (tanaceto, ajenjo, o cebolla), en cambio el extracto de ortiga actúa como atrayente de las Pieris. Con trampas cebo limitaremos el número de machos y permiten hacer recuento para saber si es grave y hay que recurrir a tratamientos insecticidas como el Bacillus thuringiensis, en los primeros estadios de la oruga, o el neem en casos muy excepcionales ya que es poco selectivo.
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